Curatoría

La advertencia señalada a propósito de la gestión eficiente de los territorios que habitamos, los recursos que asimilamos, y las formas de relacionarnos política y económicamente, parece estar en un punto de inflexión radical. Señalar el origen de la advertencia es innecesario, reiterativo, ya que surge de una masa invisible pero a la vez determinante de parábolas, cuentos, decimas, mitos, religiones, cantos a lo humano y lo divino, tratados filosóficos, ideologías políticas y el sentido común. Algo que está frente a nosotros, pero que por negación no aceptamos, ya que significa el fin de la existencia como la conocemos.

No sólo la pandemia mantiene al planeta en estado de colapso, sino que evidencia la fragilidad de los sistemas que han mantenido una hegemonía globalizada, incapaz de controlar los efectos de una crisis manejable siguiendo protocolos lógicos. La transversalidad y desterritorialización de la actual crisis nos lleva a replantearnos el concepto de humanidad, y transformar las tácticas que nos permitan responder dinámicamente a la complejidad de los procesos colectivos.

Desacelerar, decrecer, desencriptar, eliminar los vacíos entre quienes tienen acceso o no a los recursos de contenidos, comprender y activar desde la condición de pliegue, aplicando un proceso de dislocación personal. Estamos acostumbrados a vivir desde una condición verticalmente jerárquica, en superestructuras que condicionan nuestras relaciones desde el cumplimiento de órdenes, patrones y matrices por la omnipresencia de miles de años de control colectivo, sustentado un aparente bien común, que alimenta una alta desigualdad no sólo en cuanto a distribución de riquezas, sino que principalmente de conocimientos e información.

Conceptos como humanidad y democracia sostuvieron la modernidad durante dos guerras mundiales y una guerra fría, pero hoy parece no poder sostener los actuales paradigmas. El repliegue parece una acción de sobrevivencia urgente y la díada Arte y Ciencia nos entrega una singularidad intuitiva. La combinación de método, técnica, estética y conciencia social atraviesa la unión sensible de los pliegues territoriales, conformando un espacio de transformación viable hacia la manifestación y sustentabilidad de micropolíticas.